Me envolví en silencios, mantas y sombreros, no solté mis cabellos en el sol de este invierno y callé muchas horas sin proponérmelo.
Te ansié poesía en mi tintero, sendero de mis versos has hecho ausencias. Callo la rama cortada sin cadencia; un acuerdo con la brisa, un ruego, un regreso
a las arenas suaves de mi tierra al sol candente en veranos que hoy, sin causa los tengo presentes en la pluma, al agua fría del mar sereno. Las olas devuelven mi voz de ultramar, en horizonte.
lunes, 19 de enero de 2009
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